¡Hola amigos! Ha llegado el gran día. Hoy voy a escribir mi primer post y pienso dedicárselo a todos aquellos papás y mamás que salen preocupados de la consulta del médico porque les han dicho que sus bebés tienen displasia de cadera y hay que colocarles un «aparatejo»…
Lo primero que me gustaría deciros es «KEEP CALM«… Empecemos por el principio.
¿Qué es la displasia de cadera?
La displasia de cadera es la deformación del acetábulo, que es el espacio de la pélvis donde se inserta la cabeza del fémur. Esta deformidad se debe a que una hemipelvis aún no se ha desarrollado por completo. Pero tranquilos, todo a su tiempo. Con el dispositivo ortopédico conseguiremos que se desarrolle en unos meses y todo vuelva a la normalidad, sin más secuelas para el bebé.
Generalmente la displasia se detecta en la sala de partos, mientras las enfermeras revisan el estado general del bebé, o en los primeros días de vida, cuando los padres acuden a la revisión del «niño sano» y el pediatra realiza una maniobra específica para ver el estado de las caderas. En algunas ocasiones la detección se retrasa un poco y puede que el diagnóstico se realice en los primeros meses de vida. Siempre durante las revisiones del pediatra, que derivará el caso al especialista (Traumatólogo o Rehabilitador, dependiendo de los protocolos hospitalarios de la zona).
Es importante que los papás sepan que la displasia no es dolorosa, el bebé no se da cuenta de que la tiene, por lo que no esperéis a un niño con llantos continuos ni nada por el estilo.
Tratamiento de la displasia de cadera
En cuanto al tratamiento, hay muchas órtesis en el mercado, aunque las más usadas son el pañal de Frejka y el arnés de Pavlick.
Ambos dispositivos están diseñados para mantener una posición «tipo ranita» -leer más sobre este tema en nuestro post sobre porteo-, es decir, flexión de 90º de caderas y rodillas y abducción y rotación externa de caderas.
El pañal de frejka es un dispositivo, generalmente de plástico (polietileno o polipropileno) perforado para permitir la transpiración, unido a un peto de tela para poder anclarlo a los hombros de bebé y que el plástico no se mueva. Os pongo una imagen al final del texto para que podáis verlo. A mí personalmente es el dispositivo que más me gusta de todos los que hay en el mercado, porque es más fácil de poner para los papás y hay pocas posibilidades de error. Entiendo que para el bebé debe ser un poco más incómodo, pero nos da la seguridad de que siempre va a estar bien colocado y, por tanto, nos asegura también la recuperación del paciente.
El arnés de Pavlick es un arnés (esto no es una sorpresa, ¿no?) diseñado en material textil almohadillado, que sujeta los pies del bebé, mantendiendo las extremidades inferiores en la posición explicada anteriormente. El arnés tiene la ventaja de ser mas fresquito, cualidad importante por esta zona, en la que fácilmente pasamos de los 40º en verano. Pero los niños más activos suelen dar patadas y el arnés termina descolocándose. O los propios padres se hacen un lío poniéndolo y no lo colocan bien. (Normal, es un poco complicado de poner hasta que le coges el truco). Os dejo una imagen para que podáis verlo.
Y ¿cuánto tiempo tiene que llevar esto mi bebé? Pues depende… depende de la recuperación, depende del médico y depende del protocolo que marque el hospital.
Generalmente el especialista realizará revisiones mensuales o bimensuales y dependiendo de la recuperación, marcará el tiempo restante de tratamiento.
Por mi experiencia puedo deciros que lo mínimo que he visto han sido dos meses de tratamiento y, por norma general, el tratamiento dura 4 meses, pero ya os digo, que depende de muchos factores. En cuanto al tiempo de uso diario, según el médico se marcarán unas pautas diferentes, pero lo más habitual es que se use 23 horas diarias, y la hora restante se empleará en el baño y un ratito de relajación para que el bebé patalee y juegue. Aprovechad esa hora para dar masajes y jugar con las piernas del niño, así estimularemos un rato la musculatura y todo seguirá su curso normal.
En cualquier caso, lo que quiero que se os grabe en la memoria es que al bebé NO LE DUELE llevar el arnés, si llora cuando lo colocáis no es porque le moleste, sino porque no quiere llevar las piernas atadas (normal, ¿no?). Además, no os preocupéis porque esté incómodo, los pequeñajos suelen acostumbrarse super rápidos a llevar el dispositivo.
En fin, paciencia papás y mamás, os aseguro que los meses pasan volando y cuando os déis cuenta el arnés quedará en un cajón y ¡vuestro bebé estará corriendo como loco por la casa! Sólo puedo deciros que, durante los meses de tratamiento, os olvidéis de sus caderas y disfrutéis de sus risas. Son mucho más gratificantes y ¡le alegran el día a cualquiera!
Si tenéis cualquier duda, podéis dejarme un comentario y trataré de responderos lo antes posible.
Un besazo y ¡seguimos en la onda!